Infancia
Música: Carole Chargueron
Poema y voz: Ernesto Lumbreras
voz de niño: Diego Silva Chargueron
Cuando todos se han marchado, una parva de niños capitaneados
por mi espíritu percibe el lamentable ladrido del perro. Chilla como
una rata en el agua. Nos armamos de un arsenal de piedras y se las arrojamos
a mansalva. Ante el primer embate trata de huir, pero luego, se enrosca en
su propio cuerpo. Hasta agotar nuestros guijarros, con el brazo entumido,
gritando como una turba de pieles rojas, lo atamos del cuello con un alambre
de púas. Después de un largo paseo por el campo, de zambullirlo
en un pozo de agua, de hacerle tragar un bisté con vidrio molido, exhausto,
lo amarramos a la defensa trasera de un autobús de pasajeros, momentáneamente
detenido, en un cruce de caminos.
Horas después me separo de mis cómplices. Con el cuerpo adolorido
me tiro sobre el pasto mojado y cierro los ojos. Aunque no las veo siento
el paso de las nubes sobre mi rostro. Siento también, y no puedo hacer
nada, una nariz húmeda y fría en mi cuello, una dentellada atroz
que me corta el aire.
Si no quieren creerme, vayan allí, y vean, y pregunten.
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