Frost clear energy saver

Oakland Cal, 1991

 

 

 

Duration: 17"00

For: Digital tape, double bass, and amplified refrigerator.

Technique: The sounds of the piece were analyzed in computer by FFT and transformed with digital audio software Turbosynth and Sound designer (Digidesign). They were mixed down in a 24 track studio at the Center of Contemporary Music of Mills College.

By unfolding a sound object, I am trying to show different perspectives of one same sound. Metaphorically, this could be equivalent to visualizing a sound in three dimensions, being able in this way to perceive its different characteristics. This is like walking around a sculpture in a museum. It changes every time, but in fact it is always the same sculpture. I used this idea in "Frost Clear energy saver", which is made from digital manipulation of a sample recorded from the motor of my refrigerator. Now, why did I ever think about making music with such a sound?. I used to hate refrigerator sounds because every time I was near one of them, I felt bothered without knowing why. Suddenly, when the refrigerator motor stopped, I realized that my problem had originated from its intermittent sound. It wasn’t until later in Oakland California that I discovered that refrigerators could make interesting sounds. The sound of my refrigerator’s motor seemed to be like a singing voice because the overtones changed constantly and regularly, and by listening carefully I discovered that the spectral structure of the sound was very rich due to the combination of natural harmonics and inharmonics. There was also a fundamental "hum", as there is a fundamental note for a chord structure. The micro-spectral changes of the refrigerator are generally unnoticed in daily life because in order to listen to them we have to get very near the motor, or to amplify it. I tried then to use the refrigerator’s motor sound structure in a composition, in order to discover its richness. To accomplish this, I created different sounds by manipulating a refrigerator sample which I recorded with a contact microphone. Every sound was transformed by reverberating a different portion of the original sound’s spectrum (digital reverberation band-filters), then they were mixed down, having as a result a continuous process where we could listen to the whole spectrum being unfolded through time. As this process is texture-like and has no gesture, we make an effort to distinguish it’s different components and listen with care to all the micro modulations taking place. As a result, this listening attitude allows us to find the hidden qualities in the motor sound which in real life seemed to be just an uniform and static noise. Using digital sound technology was fundamental to accomplish this, in order to analyze and transform the sound spectrum with detailed accuracy. To reinforce the idea of listening to the spectral change of one sound object, I introduced a live double bass to the piece that only plays its low open string tuned to the same pitch as the refrigerator "hum". The double bass has instructions to play on different parts of the string, so when the refrigerator overtones are high, the performer plays "sul ponticello" in order to bring out high overtones as well. In this way there is an analogous continuous transformation of timbre in the double bass sound that follows the process of the refrigerators spectrum and which interacts with it, creating in this way other inharmonic sounds.

In the second section of the piece I introduce a new element which is a transformation of the original sound object, but which breaks with its essence. I bring up discontinuity by fragmenting the different transformed sounds of the beginning, and creating melodies extracted from the frequencies of the original overtones. The shape of the first melodies are constructed with the frequencies of the natural harmonics belonging to the spectrum. Later on, I introduce melodies made out from the inharmonic portion of it, so they become dissonant in relation to the first ones. At the same time, the long sounds from the beginning continue, but new ones appear in the register of the refrigerator’s highest overtones, becoming almost sinusoidal and very piercing to the ear. By fragmenting and using the original sound as musical notes in this section, I render it unreal and artificial. My intention was to create note sequences that resemble to the LFO function of a synthesizer, and which make us imagine a machine that is going crazy. You can see how by changing the morphology of the original sound I also changed its signification and was able to create a metaphor with which I described a sort of travel into the refrigerator’s entrails, playing in this way with the idea of machines as being dangerous living entities".


Duración: 17”00
Para: Cinta digital, Contrabajo y refrigerador amplificado.
Técnica: Los sonidos de ésta pieza fueron analisados con un FFT y transformados con los programas Turbosynth y Sound designer . Fueron mezclados en 24 pistas en el Centro de la música contemporánea de Mills College.

A través del desdoblamiento del objeto sonoro, tengo como objetivo el mostrar distintas perspectivas de una misma cosa. Metafóricamente hablando esto sería equivalente a visualizar un sonido en tres dimensiones, para poder ser capaces de percibir sus diferentes características. Esto es equivalente a caminar alrededor de una escultura en un museo. La escultura cambia constantemente, pero en realidad lo único que cambia es su perspectiva. Esta idea la he utilizado en mi composición “Frost Clear”, la cuál está construida a partir de la manipulación de una “muestra” del motor de mi refrigerador. Ahora bien, cómo se me metió a la cabeza la idea el hacer música con tal sonido?. Antes solía detestar el sonido de los refrigeradores ya que cada vez que me encontraba cerca de alguno, sentía una molestia sin saber exactamente de que se trataba. Repentinamente, cuando el sonido del refrigerador paraba, me daba cuenta de que mi problema se había originado a causa de su intermitente sonido. No fue hasta después viviendo en Oakland que descubrí que los refrigeradores podían emitir sonidos muy interesantes. El sonido del motor de mi refrigerador por ejemplo, parecía ser como un canto ya que los armónicos cambiaban constantemente y regularmente, y al escuchar con atención, descubrí que la estructura espectral del sonido era muy rica debido a la combinación de armónicos naturales e inarmónicos . También había un tono bajo fundamental, así como existe una nota fundamental para un acorde. Los cambios micro-espectrales en el sonido de un refrigerador no son en general percibidos, ya que para escucharlos tenemos que acercarnos mucho al motor, o amplificarlo. Debido a esto, se me ocurrió utilizar la estructura del sonido del motor de mi refrigerador en una composición para magnificar su complejidad timbrica. Para lograr esto, creé distintos sonidos mediante la manipulación de un sonido del refrigerador que grabé con un micrófono de contacto. Cada sonido fue transformado mediante la reverberación de una sección diferente del espectro del sonido original, luego los sonidos fueron mezclados, teniendo como resultado un proceso continuo en el que podemos escuchar al espectro total desenvolviéndose a través del tiempo. Ya que éste proceso es de tipo textural y no contiene ningún tipo de gestualidad, nos vemos entonces obligados a hacer un esfuerzo para reconocer y distinguir sus distintos componentes y a escuchar con cuidado las micro modulaciones que tienen lugar. Como resultado, ésta actitud nos permite encontrar las cualidades ocultas del sonido del motor, que en la vida real nos parece tan solo un ruido uniforme y estático. Para reforzar la idea de escuchar los cambios espectrales de un objeto sonoro, le añadí un contrabajo a la pieza que tan solo toca su cuerda más grave, afinada en el mismo tono que el sonido pedal grave del refrigerador. El contrabajo tiene instrucciones de tocar en distintos lugares de la cuerda, de manera que cuando los armónicos del refrigerador son agudos, el intérprete toca "sul ponticello" para poder sacar también los armónicos agudos. De esta manera, en el contrabajo existe también una transformación tímbrica contínua, que sigue al proceso del espectro del sonido del refrigerador y que interactúa con él, creando inarmónicos suplementarios debido a la aparición de disonancias microtonales.
En la segunda sección de la pieza introduzco un nuevo elemento que es una transformación del objeto sonoro original, pero que esta vez rompe con su esencia. Aparece entonces la discontinuidad ya que fragmento los distintos sonidos transformados del comienzo para crear melodías que son extraídas de las frecuencias de los armónicos originales. La forma de las primeras melodías está construida con las frecuencias de los armónicos naturales pertenecientes al espectro. Más tarde introduzco melodías hechas con la parte inarmónica del espectro, y estas se vuelven entonces disonantes con respecto a las primeras. Al mismo tiempo los largos sonidos del comienzo continúan, pero otros nuevos aparecen en el registro más alto de los armónicos del refrigerador, convirtiéndose en sonidos casi sinusoidales que son muy penetrantes. Al fragmentar y usar el sonido original como si fueran notas musicales, lo vuelvo irreal y artificial. Mi intención era crear secuencias de notas que se comportan como la función LFO de un sintetizador, y que nos hacen imaginar una máquina que se está volviendo loca. Podemos ver entonces cómo al cambiar la morfología natural del sonido he cambiado también su significación. Con esto he intentado crear una metáfora en la que describo una especie de viaje a las entrañas del refrigerador, jugando con la idea de que las máquinas son seres peligrosos que pueden cobrar vida.